Por: Walter Barcelos
"Los hijos enfermos son mensajeros de amor que Dios te envía, para que el amor se libere de cualquier forma de egoísmo enquistado y se inflame de luz, en la luz de la sublimación" (Emmanuel).
Los lazos de familia no se realizan por azar: hay una Ley Divina comandando el destino y la unión de las almas en la vida corpórea. Antes de acoger en los brazos, con ternura, al ser pequeñito, por las vías de la maternidad sagrada, idealizamos para él lo mejor: el cuerpo más perfecto, la salud orgánica integral, la inteligencia lúcida; más no debemos olvidar que esa escogencia ya fue hecha realmente por nosotros, desde hace mucho tiempo la mayoría de las veces, sin ilusiones ni sueños, antes de reencarnar. De esta manera, no debemos alarmarnos con las dificultades y problemas que los hijos puedan traer para nosotros, desde tierna edad.
Nuestros hijos, en verdad, no son nuestros hijos: Son hijos de Dios, y temporalmente se encuentran bajo nuestros cuidados. Junto a os hijos simpáticos, pacíficos y obedientes, surgen también aquellos que, desde temprano, ya comienzan a provocar preocupaciones, irritaciones, tensiones emocionales, enfados, angustias y cansancio físico y psíquico, por presentar un temperamento fuerte de rebeldía y desobediencia, destacándose por la insubordinación y la liviandad. Son los hijos problemas que la Ley de la Reencarnación trae a nuestra convivencia familiar, enseñando la oportunidad de la renovación de sus destinos. Es el reencuentro para la reconciliación indispensable entre padres e hijos, en busca de un mejor futuro espiritual. En la intimidad del corazón, los padres siempre indagan quiénes son estos hijos diferentes que traen una mayor dosis de luchas y trabajos. El mentor espiritual Emmanuel explica: "Los hijos problema son aquellos mismos espíritus que perjudicamos, desfigurándoles el carácter y envenenándoles los sentimientos".
Los hijos difíciles son hijos de nuestras propias obras, en vidas pasadas, hijos que la Providencia Divina encuentra ahora la posibilidad de unirnos por los lazos de la consanguinidad, dándonos la maravillosa oportunidad del rescate y reparación en los arduos servicios de la educación.
La primera actitud constructiva de los padres, ante los hijos rebeldes, es desarrollar en sí mismos la gran comprensión, para no dejarse dominar por la rebeldía y la amargura, juzgando que son infelices y perseguidos por la mala suerte... El evangelio de Allan Kardec nos enseña: "No desechéis, pues, al niño que en la cuna rechaza a su madre, ni al que os paga con ingratitudes; no es la casualidad la que lo hizo así, y os lo dio. Una intuición imperfecta del pasado se revela, y de esto podéis juzgar si uno o el otro ha odiado mucho o ha sido muy ofendido; que uno u otro ha venido para perdonar o para expiar".
Encontramos en el libro del espíritu André Luiz, "En los Dominios de la Mediúmnidad" cap. 24, psicografía de Francisco C. Xavier, un hecho interesante sobre reencarnación y familia. En la encarnación actual, vamos a encontrar al padre de nombre Julio, espírita convencido, sufriendo de parálisis en las piernas y que tiene cuatro hijos desorientados: Américo sufre de perturbación mental. Marcio es víctima de alcoholismo y Guillermo y Benício viven en la liviandad y las extravagancias nocturnas. Los Espíritus Superiores le revelaron a André Luiz que, en una vida pasada Julio, el padre, fue jefe de un grupo de asaltantes y pervirtió a cuatro jóvenes hacia aventuras delictuosas, los cuales, hoy, son sus hijos desequilibrados. Tendremos siempre los hijos que precisamos y merecemos, dentro de los estatutos de la Justicia Divina y a través de los procesos redentores de las reencarnaciones expiatorias.
Los padres espíritas con cerebros esclarecidos y los corazones iluminados por la Doctrina Kardecista, deben estar felices por encontrar esta oportunidad grandiosa de cooperar en la recuperación de espíritus infelices; a quién deben y que tal vez, hace largo tiempo, esperan por esta bendición del reencuentro.
Fuente: Revista Espírita Allan Kardec Nº 5
Traducción: Oscar Cervantes Velásquez
Centro de Estudios Espíritas Francisco de Asís
Santa Marta - Colombia