EURÍPIDES BARSANULFO: EL HOMBRE MAGNÉTICO

Liceo Allan Kardec
Liceo Allan Kardec

Por: Floriano Legado do Amaral

 

No hay historia sin referencias numéricas y humanas. En la historia del Espiritismo hay infinidad de ellas. En la galería de las referencias humanos encontramos a Eurípedes Barsanulfo, quien es frecuentemente citado en charlas, artículos, ensayos, reportajes y libros; quien vivió en la ciudad de Sacramento, en el Estado de Minas Gerais, desde el 1º de Mayo de 1880 hasta el 1º de Noviembre de 1918. Hoy, Eurípedes Barsanulfo es el Protector de innumerables Instituciones Espíritas.

 

Extraordinario médium y gran educador, cuya Pedagogía se asemejaba a la metodología del Emérito Profesor Pestalozzi, maestro de Allan Kardec. Eurípedes Barsanulfo fue un héroe, pues ya el 1º de Abril de 1907, inauguraba el primer Colegio Espírita del Mundo, con el nombre de Colegio Allan Kardec. El predio, donde funciona hasta hoy es un monumento al arte arquitectónico, hecho con mampostería de primera calidad y con gracia artística. Por todo lo que Eurípedes Barsanulfo hizo por la educación y por la divulgación de la Doctrina Espírita, en una época en que el Catolicismo imperaba y las dificultades eran inmensas para los que no frecuentaban las sacristías, llegue a pensar que el Movimiento Espírita merecía tener un importante y vistoso monumento. Hoy ya no pienso así, porque veo que él de por sí, es un monumento. Su obra educacional es mediúmnica y sin par. Ella garantiza perfectamente al Profesor y valeroso Espírita que fue, es y será siempre. Poseedor de varias facultades paranormales, supo usarlas, con decoro y disciplina, en beneficio del prójimo necesitado. Curó a mucha gente con los recursos de su paranormalidad y con remedios homeopáticos que distribuía gratuitamente. “El trabajo mediúmnico de Eurípedes Barsanulfo en el Grupo Espírita "Esperanza y Caridad" tomaba proporciones inmensas, exigiéndole muchas horas de trabajo al médium. Casi no tenia tiempo para alimentarse. Por la mañana, se comía dos huevos crudos y en el almuerzo empanadas especiales que su hermana Mariquinha (Maria Neomísia) le preparaba. Y frutas. Dormía solamente, de cuatro a cinco horas por día, sueño, constantemente interrumpido por personas que venían a pedirle remedios, por un parto, o por una cirugía mediúmnica urgente. En verdad, ni de madrugada tenía sosiego. "La Iglesia, preocupada con el gigantesco trabajo que el Apóstol de la Caridad venia desarrollando en nombre del Espiritismo, procuraba de alguna forma obstaculizarlo, sin embargo, en la atención a los sufrientes, Eurípedes Barsanulfo jamás les preguntaba a que religión pertenecían... Y la campaña fue dirigida a los padres católicos, en el sentido de retirar a sus hijos del Liceo Sacramentano (en el que Eurípedes Barsanulfo era profesor). La campaña alcanzó, inclusive, a directivos y profesores, los cuales renunciaron en masa, en el mes de septiembre. Y Eurípedes Barsanulfo, para no dejar a los alumnos perder un año de estudios, adelantó el examen final - marcado para noviembre – el cual fue realizado en octubre. Watersides Wilson, su hermano, lo ayudo en esa tarea.

 

 

Eurípedes Barsanulfo ya había dejado el cargo de concejal, para cumplir  mejor su misión espiritual y, ahora, corría peligro el Liceo Sacramentano de cerrar sus puertas...

 

La campaña clerical parecía victoriosa. Sólo parecía, porque en lugar del Liceo Sacramentano surgiría, por iniciativa de Eurípedes Barsanulfo, el Colegio Allan Kardec, que superó las mejores expectativas ganando fama y muchos alumnos.

 

"Durante seis años consecutivos, pudo Eurípedes Barsanulfo, desarrollar con relativo sosiego su doble misión: la mediúmnica y la de educador, ambas exigiéndole total abnegación. Se diría que los perseguidores lo habían olvidado..."

 

"En 1913, sin embargo, con treinta años de edad, se vio, por primera vez obligado a defender, públicamente, las verdades espirituales. Dos polémicas tuvo que sustentar casi al mismo tiempo con líderes católicos; una a través de la prensa y otra en la plaza pública - y en ambas Eurípedes Barsanulfo, amparado por la Espiritualidad Superior, hizo salir victoriosa a la Doctrina Espírita".

 

"El primer debate fue con el padre Feliciano Yague, de Campiñas, misionero del Inmaculado Corazón de Maria y considerado notable predicador. Era un hombre de mucha cultura y dirigía el Colegio Salesiano. Vino a Sacramento, invitado por los padres de la Iglesia Matriz con un único objetivo: destruir con su poderosa dialéctica la influencia de Eurípedes Barsanulfo y, después, al famoso Colegio Allan Kardec..."

 

"El padre Yague llegó apoyado por una intensa publicidad. Y, el domingo por la mañana, la Iglesia Matriz estaba llena de curiosos. Comparecieron, inclusive, jefes políticos de la región. Terminada la misa, el padre Yague subió al púlpito y, en su paroxismo, derramó sobre el Espiritismo una tempestad de mentiras, clasificando a los Espíritas como "adeptos del diablo".

 

"La figura de Eurípedes Barsanulfo, el padre la dejó para el fin del sermón". Arrastró, inclusive, con improperios y, para probar que la Doctrina Espírita era diabólica, cometió un grave error: desafió al médium a un debate en la plaza pública..."

 

"Eurípedes Barsanulfo se desdoblaba con mucha facilidad y fue, en Espíritu, a oír la predica del padre. Cuando los amigos le vinieron a contar sobre el desafío, el apóstol, tranquilo,  les respondió:

 

- Nuestro hermano predicador está exaltado. Pero no puedo callar en este caso. No porque me sienta ofendido, sino porque la Doctrina Espírita fue desfigurada, públicamente. Díganle al padre Feliciano Yague que deseo encontrarme con él en casa del coronel José Alfonso de Almeida para ponernos de acuerdo sobre el día, sitio, hora y otros detalles que sean necesarios.”

 

"Quien llevó el recado fue el Espírita João Gonçalves Rios. Y, posteriormente, José Alfonso de Almeida, uno de los hombres más respetados de Sacramento (era coronel de la Guardia Nacional y presidente de la Cámara Municipal ) recibía en la sala de visitas al padre Feliciano Yague, a Eurípedes Barsanulfo, Watersides Wilson, Orígenes Tormim y al padre Julião Nunes. El coronel aceptó la propuesta de dirigir el debate y determinó que seria realizado el día veintiocho de octubre (1913), a la una de la tarde, en el templete de la Plaza de la Matriz. Lo demás quedó estipulado: los oradores harían uso de la palabra, alternadamente - treinta minutos cada uno por espacio de dos horas".

 

- ¿Y el tema? preguntó el coronel, alisándose el cabello. ¿"El tema central"?

 

"El padre Feliciano, entonces, adelantándose dijo, probar que el Espiritismo es ateísmo; que los fenómenos del Espiritismo no se pueden explicar sin la intervención diabólica; que el Espiritismo no es ni religión ni ciencia... Cinco puntos capitales. El coronel José Alfonso de Almeida, a pedido de Eurípedes Barsanulfo y de acuerdo con el padre Yague mandó que se llenase un acta de la reunión, lo que fue hecho, inmediatamente. La leyó enseguida en voz alta y pidió a los presentes que la firmasen. Era una medida de precaución: con el acta, ninguna de las partes podría huir al compromiso...

 

"Una hora después la población quedó enterada de la polémica religiosa. En el centro de la ciudad y en la periferia no se hablaba de otro asunto. La noticia atravesó las fronteras y vinieron de otras ciudades caravanas Espíritas. Y, el día señalado, se agruparon en la Plaza de la Matriz, aproximadamente dos mil personas. En el templete ya se veía a Eurípedes Barsanulfo al lado del desafiante padre Yague, el coronel José Alfonso de Almeida, el padre Julião Nunes y el padre Pedro Ludovico de Santa Cruz; este último, es preciso que se diga, por fuerza de las circunstancias, poseía un club de juego de cartas, poseía dinero adquirido en ese tipo de juegos y cargaba en la bata dos revólveres".

 

"El ambiente era pesado; pero la presencia del coronel José Alfonso de Almeida representaba una garantía. Y la palabra le fue dada al padre Feliciano Yague, el cual, casi frenéticamente, entró directo al tema inicial. Pero, su dialéctica aplicada contra el Espiritismo en nada lo ayudó, porque el padre partía de una mentira, o sea, el Espiritismo es ateísmo. Los intelectuales de Sacramento, sentirían luego que él perdería la polémica. Sus divagaciones  se tornaron por demás, tortuosas y, como era de esperarse, trajo el tema del "Infierno" y, así, huyó del tema, ciertamente para confundir a Eurípedes Barsanulfo...

 

"Dios (dice el padre, gesticulando hacia la multitud) declara existir el infierno; el Espiritismo lo niega; luego, el Espiritismo halla a Dios ignorante, porque ignora la existencia del infierno o mentiroso, porque, sabiéndolo, declara irreal su existencia.

 

"Y, así, con un sofisma silogístico el padre Yague vio al coronel señalarle el reloj; treinta minutos habían pasado. Las dos mil personas se miraban entre sí. Eurípedes Barsanulfo, entonces, siempre caballero, felicitó a su opositor y le pidió a los presentes que pensaran en Dios - y, arrebatado, con su voz  de tenor y con un timbre cristalino hizo de improviso una oración, sin olvidarse de implorar la protección para el padre Feliciano Yague y todos los que no comprendían, aún, las Verdades Divinas. Y dio inicio a su discurso bajo la inspiración de San Agustín.

 

"Las frases fluían de su boca vertiginosamente, llenas de sabiduría y bondad. Es más: eran comprendidas, inclusive, por los hombres más simples. Entonces, todo el andamiaje del edificio construido por el padre Yague con sofismas y expresiones violentas, comenzaron a caer: el Espiritismo y el ateísmo... los fenómenos del Espiritismo no se pueden explicar sin la intervención diabólica... El Espiritismo no es religión... El Espiritismo no es ciencia... Fue en vano la réplica del padre.

 

"Al final de la polémica Eurípedes Barsanulfo estaba, aún, como transfigurado. La multitud, entonces, aplaudió y quisieron cargarlo en hombros por las calles. Pero, el médium pidió calma y rodeado por parientes y amigos regresó, rápido, a su casa.

 

"Al día siguiente, sin que nadie lo notase, el padre Feliciano Yague regresó a Campiñas, mientras los beatos más exaltados de Sacramento difundían en las esquinas, almacenes y bares, dudas respecto a la derrota del predicador campineiro... Eurípedes Barsanulfo, entonces, mandó a imprimir un boletín con la síntesis de la polémica y lo distribuyó entre el pueblo y ciudades vecinas. Y así, dio por terminada la polémica".

 

Que pena, tengo tanto aún por hablar de Eurípedes Barsanulfo, pero el espacio terminó. Remito, a los que quieran saber más sobre esta figura maravillosa, a la obra Eurípedes Barsanulfo, “El Apóstol de la Caridad ”, de Jorge Rizzini, publicado por Ediciones Correo Fraterno. Jorge Rizzini, hizo una amplia investigación en Sacramento y plasmó todo en su obra, para que la posteridad sepa quien fue Eurípedes Barsanulfo.

 

 

Publicado en el Correo Fraterno ABC Nº 367 de Agosto de 2001

 

Traducido del portugués por: Oscar Cervantes Velásquez

 

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