Ricardi Di Bernardi
En el intervalo que media entre la concepción y el nacimiento, ¿goza el Espíritu de la totalidad de sus facultades?"
"Más o menos, según lo avanzado del proceso, porque no está todavía encarnado, pero si unido. Desde el instante mismo de la concepción empieza la turbación a apoderarse del Espíritu, el cual queda advertido por ello de que ha llegado la hora de iniciar una nueva existencia. Esa turbación va en aumento hasta el instante en que el niño nace. En el ínterin, su situación es más o menos la de un Espíritu encarnado durante el sueño del cuerpo. Conforme se aproxima la hora del nacimiento, sus ideas se van esfumando, así como el recuerdo del pasado, del cual ya no tiene conciencia cuando es hombre, una vez ingresado a la vida corporal. Mas ese recuerdo le volverá poco a poco a la memoria, cuando se encuentre en su estado de Espíritu desencarnado”.
El Libro de los Espíritus, Allan Kardec, pregunta N° 351.
La época de la perdida de la conciencia durante la gestación, por parte del espíritu reencarnante, varia en términos de tiempo, de acuerdo con la evolución de la entidad. Este fenómeno de perdida de la conciencia está ligado, en parte, a su minituarización, que podría ser tan intensa llegando a los límites mínimos de la célula huevo, en caso de una reencarnación compulsoria, o hasta el tamaño del útero. En los casos de entidades con el cuerpo espiritual menos denso, la miniatuarización no se hace tan intensa y este factor de perdida de la conciencia actúa menos expresivamente.
La glándula Pineal, también llamada Epífisis, situada en la caja craneana del feto e íntimamente relacionada con el cerebro, juega papel fundamental en el fenómeno de la perdida de conciencia del Espíritu.
La glándula Pineal fue bastante conocida por los pueblos antiguos, lo que se desprende por las diversas descripciones de la misma desde tiempos remotos.
Descartes hizo una interesante y detallada descripción de la Glándula Pineal , atribuyendo a ésta glándula un papel relevante conocida hasta nuestros días; para él, el alma era el huésped misterioso de la glándula Pineal.
Otro científico, Levdig, se expresó de forma semejante al decir que la glándula Pineal sería el órgano responsable del "sexto sentido".
Estudios efectuados en embriones de lacértidos (lagartos), descubrirían un órgano que fue considerado como el ojo pineal o tercer ojo, considerado por muchos científicos que existía en los animales fósiles. Según el Dr. Jorge A. Dos Santos en la obra: “Palingenesis, la Gran Ley”, podríamos pensar que el ojo pineal al contrario de ser un elemento regresivo u órgano vestigial, con tendencia a desaparecer, fuese al contrario, un órgano en desarrollo. El llamado tercer ojo, por mutación y transformaciones evolutivas, pasó gradualmente a dar origen a la Glándula Pineal.
El ojo pineal de los lacértidos, marca uno de los estadios de la evolución, donde la individualidad espiritual, poco expresiva en las especies inferiores, comienza a despuntar.
La Pineal puede ser considerada el órgano donde el Espíritu se expresa más directamente en el cuerpo biológico. Antes de la existencia de ella, en vegetales y animales más simples, al contrario de la individualización de la energía espiritual, tenemos un "Sincício Energético" (alma grupo de las especies). Así, aunque cada cambio en el grupo sea una individualidad, todo el grupo se expresa por este sincício energético y no como un conjunto de Espíritus autónomos.
Con el surgimiento de la glándula pineal en la historia evolutiva de los seres, el YO indestructible, se manifiesta entonces, superando el determinismo compulsorio, a la conquista del grado evolutivo rumbo al libre albedrío de la especie humana.
Cerca al 4º y 5º mes de vida intrauterina la glándula Pineal ya presenta células y tejidos de sustentación, alcanzando 2 mm de diámetro. Durante este período, por regla el Espíritu reencarnante comienza a perder la conciencia alcanzando rápidamente la total inconsciencia. En la pineal es que las expansiones energéticas del psicosoma (periespíritu) se prenden más profundamente, siendo por esto llamada "la glándula de la vida espiritual" por los palingenesistas (reencarnacionistas).
A medida que el desarrollo de la Pineal se procesa, cada vez se acentúa más la unión con las energías espirituales que impulsan todo el desarrollo fetal modelado por las matrices periespirituales.
Las modificaciones que ocurren en la glándula pineal son observables hasta los dos años de edad. De ahí hasta los 6 o 7 años, las transformaciones son muy lentas. Es exactamente en este período, entre los 6 o 7 años que la Reencarnación podrá ser considerada como definitiva pues el espíritu pasa a tener fijación completa al organismo biológico y principalmente a la Pineal.
La sabiduría divina, o ley universal, determinó por las líneas evolutivas que hasta los seis o siete años de edad el Espíritu pueda recibir de los padres las expresiones superiores de la buena conducta moral sin oponerse intensamente. Como el espíritu no es aún dueño de su nuevo cerebro, hay por lo tanto, en este período que va desde la concepción hasta los siete años, oportunidad para ser grabados, en el nuevo cerebro, buenos conceptos o ejemplos éticos que serán pasados a los archivos periespirituales, dando nuevo impulso evolutivo al espíritu.
Para los educadores en general, es la gran oportunidad de sembrar, regar y abonar en terreno propicio, donde los factores del pasado adormecidos por la inmadurez de la Pineal no interfieren significativamente perjudicando la preparación de la siembra.
Tomado del libro “GESTACIÓN, SUBLIME INTERCAMBIO”