INTRODUCCIÓN
(Emmanuel, Leyes de Amor, cap. VII - El Tratamiento de las Enfermedades y el Espiritismo)
¿El Espiritismo puede contribuir para el tratamiento de las enfermedades?
"La Doctrina Espírita, expresando al Cristianismo Redivivo, no solamente descorre los panoramas radiantes de la inmortalidad ante el gran futuro, si no que es igualmente luz para el hombre, al iluminarle el camino; de ese modo, desempeña función específica en el tratamiento de las enfermedades que castigan a la humanidad, por enseñar la medicina del alma, con base al amor constructivo y reedificante.
En los caminos de la experiencia terrestre, tenemos a cada paso, desequilibrios que se expresan por medio de enfermedades individuales y colectivas.
Angustias, resentimientos, desesperación e irritaciones entretejen crisis de pensamiento, estableciendo lesiones mentales que culminan en procesos patológicos, en el cuerpo y en el alma, cuando no se convierten, de pronto, en sustento de la locura o en sombra de la muerte".
EL ESCLARECIMIENTO EVANGÉLICO
(Emmanuel, Leyes de Amor, cap. VII - El Tratamiento de las Enfermedades y el Espiritismo)
¿En qué formulas esenciales se basa la terapéutica Espírita?
"Con las enseñanzas Espíritas aprendemos que los actos de bondad, aún los más débiles y pequeños, son plantaciones de alegría eternas y que el perdón incondicional de las ofensas es la formula santificante para la supresión del dolor y la renovación del destino".
1. LA INMORTALIDAD ES LA BASE DEL EVANGELIO
(Carlos T. Rizzini, Evolución para el Tercer Milenio, parte III - Renovación Mental, cap. 9, ítem 28 - Base de la Doctrina)
"La moral comunicada por los Evangelios, toma como cimientos el conocimiento positivo de la existencia del Espíritu, en su calidad de entidad independiente e inmortal, y de sus manifestaciones en el mundo terrenal".
(Allan Kardec, Obras Póstumas)
"En la vida futura, la moral no pasa de ser un mero encuadre, un código convencional, arbitrariamente impuesto, sin ninguna raíz de ella en el corazón".
AUTO-REFORMA Y CARIDAD
1. OBJETIVO DE LA DOCTRINA: AUTO-REFORMA (Carlos T. Rizzini, ídem, 29 - Objetivo de la Doctrina)
"El ser humano debe tener, como finalidad en la vida, la búsqueda de la perfección espiritual. Jesús recomienda que procuremos ser tan perfectos y misericordiosos como lo es Dios, nuestro Padre infinito".
Dicho esto, y habiendo el Espíritu encarnado, madurado en el uso de las cosas terrestres y en su modo de considerar como meta de vida, no ya la conquista del placer, poder, prestigio y riqueza (objetivos exteriores), si no la perfección (desarrollo de las capacidades potenciales), esto significará, para él, la necesidad de luchar por el auto perfeccionamiento, por la reforma íntima, por la auto educación y por el propio progreso moral.
2. CARIDAD (Emmanuel, Leyes de Amor, cap. VII - El Tratamiento de las Enfermedades y el Espiritismo)
¿La caridad puede ayudar en la cura de los males humanos?
Es fácil verificar que la Doctrina Espírita encierra la filosofía del pensamiento recto, como agente preservante de la salud moral, y consustancia a la religión natural del bien, cuyas manifestaciones definen la caridad como terapéutica de alivio y corrección de todos los males que afligen la existencia.
3. LA FE (Carlos T. Rizzini, ídem, 30 - La Doctrina Evangélica)
Jesús confirió gran importancia a la fe en el transcurso su existencia, afirmó que una pequeña dosis de fe podía remover una montaña...
¿Qué sería esta fe?
La confianza en el amor divino y de Jesús, el cual crea condiciones favorables para la manifestación del poder supremo en nuestro favor. En por lo menos catorce pasajes de los Evangelios, las curas realizadas fueron inmediatamente asociadas a la fe que los enfermos poseían... "Y declara formalmente, que todo cuanto fuera pedido "orando con fe" sería conseguido; el valor de la oración, pues, reside en la fe, así como la receptividad al auxilio curativo".
EL PASE Y LA ASISTENCIA ESPIRITUAL
(Emmanuel, ídem)
¿Cuáles son los medicamentos del Espíritu?
"En las actividades Espíritas recogemos en el magnetismo elevado, beneficios inmediatos, sea en la sesión de pases, bajo la influencia de la oración, o en el culto sistemático del Evangelio en el Hogar, por intermedio de los cuales los benefactores y amigos desencarnados nos reequilibran las fuerzas, a través de la inspiración elevada, serenando nuestros pensamientos, o valiéndose de recursos mediúmnicos esparcidos en el ambiente, a fin de proporcionarnos ayuda para el alma afligida o por las energías exhaustas".
Como medicamento para el Espíritu, Emmanuel prescribe:
la humildad y la benevolencia,
el servicio y la abnegación,
la paciencia y la esperanza,
la solidaridad y el optimismo.