En la ciudad de Lyon, en la calle Sala 76, nació el día 3 de octubre de 1804, aquél que llegaría a ser célebre con el seudónimo de Allan Kardec, de tradicional familia francesa de magistrados y profesores, hijo de Jean Baptiste Antoine Rivail y de Jeanne Louise Duhamel. Bautizado por el sacerdote Barthe el 15 de junio de 1805, en la iglesia de Saint Denis de la Croix-Rousse, recibió el nombre de Hyppolyte Léon Denizard Rivail. (3)
Hizo sus primeros estudios en Lyon, partiendo después hacia Yverdon Suiza, a fin de estudiar en el Instituto del célebre profesor Pestalozzi. El instituto de ese distinguido maestro era uno de los más famosos y respetados en toda Europa, conceptuado como escuela modelo, por donde pasaron sabios y escritores del viejo Continente. Desde temprano Hyppolyte se transformó en uno de los más eminentes discípulos de Pestalozzi, un colaborador inteligente y aplicado, que más tarde ejercería gran influencia en la enseñanza francesa.
La Revista Espírita de mayo de 1869 declara que estando dotado de notable inteligencia y atraído por su vocación, desde los 14 años enseñaba todo lo que aprendía a los condiscípulos menos adelantados. Concluidos sus estudios en Yverdon regresó a París, donde alcanzó notoriedad como Maestro, no sólo en letras sino también en ciencias, distinguiéndose como notable pedagogo y divulgador del Método Pestalozziano. Conocía algunas lenguas, como el italiano, alemán, etc. Fue miembro de varias sociedades científicas. En el mundo literario de París se encuentra con la profesora Amélie Gabrielle Boudet, culta, inteligente, autora de libros didácticos y el profesor Hyppolyte Léon contrae matrimonio con ella, conquistando así una valiosa colaboradora para su futura actuación como misionero. Como pedagogo, en el primer periodo de su vida, Rivail publica numerosos libros didácticos. Presenta, en esa misma época, planes y métodos referentes a la reforma de la enseñanza francesa. Entre las obras publicadas se destacan: Curso Teórico y Práctico de Aritmética, Gramática Francesa Clásica, Catecismo Gramatical de la Lengua Francesa , además de programas de los cursos usuales de Física, Química, Astronomía y Fisiología.(3)
Al término de esta prolongada actividad y experiencia pedagógica, el profesor Hyppolyte estaba preparado para otra tarea, la Codificación del Espiritismo.(3)
Comienza entonces la misión de Allan Kardec cuando, en 1854, por primera vez oyó hablar de las mesas giratorias a su amigo, el Sr. Fortier, un calificado investigador del magnetismo. Al principio, a pesar de sus conocimientos sobre magnetismo, Kardec se mostró escéptico, pero no intransigente, debido a su posición de libre pensador, de hombre austero, sincero y observador. Exigiendo pruebas se inclinó a la observación más profunda de los ruidosos hechos divulgados ampliamente por la prensa francesa. Al asistir a los difundidos fenómenos, en la casa de la señora Roger, médium sonámbula, después en la casa de la señora Plainemaison y finalmente en la casa de la familia Baudin, recibe muchos mensajes a través de la mediumnidad de las jóvenes Caroline y Julie. Por último arriba a la conclusión de que eran efectivamente manifestaciones inteligentes producidas por los Espíritus de los hombres que habían dejado la Tierra. (3)
Más tarde, al recibir de los señores Carlotti, René Taillandier, Tiedeman-Manthese, de los Sardou, padre e hijo, y de Didier, el editor, "...cincuenta cuadernos de comunicaciones diversas..." (3), Kardec se dedica a aquella ciclópea y desafiante tarea de la Codificación Espírita y elabora las obras básicas en función de las enseñanzas proporcionadas por los Espíritus, siendo la primera de ellas "El Libro de los Espíritus", publicada el 18 de abril de 1857 y considerada como punto inicial de la codificación del Espiritismo.(3)
Cuando explica su convicción, argumenta que su creencia se apoya en el razonamiento y en los hechos. Es su modalidad examinar, antes de negar o afirmar a priori acerca de algún tema. "...Por lo tanto, en la condición de estudioso racionalista, emancipado del misticismo, se puso a examinar los hechos relacionados con las "mesas giratorias": habiendo adquirido, en el estudio de las ciencias exactas, el hábito de las cosas positivas, exploré, registré cuidadosamente esta nueva ciencia (el Espiritismo) en sus más íntimos dobleces; busqué explicación para todo, porque no acostumbro aceptar ninguna idea sin conocer el cómo y el por qué..."(6)
El 1 de abril de 1858 Kardec fundó la primera Sociedad Espírita, con el nombre de "Societé Parisienne des Etudes Spirites" y en ese mismo año comienza a editar la Revista Espírita, primer órgano Espírita de Europa. El día 15 de enero de 1861 lanza a la venta "El Libro de los Médium" y después, sucesivamente, "El Evangelio según el Espiritismo", "El Cielo y el Infierno" y "La Génesis".(3)
El 30 de abril de 1856 recibe la primera revelación de su misión, a través de la médium Japhet, misión que fue confirmada el 12 de junio de 1856 por la médium Aline y finalmente, el 12 de abril de 1860, en la casa del Sr. Dehau, por el médium Crozet. Kardec afirma en sus escritos que en esa laboriosa tarea empleó toda la solicitud y dedicación de que era capaz.(3)
En la Revista Espírita de mayo de 1869, se lee: "...Trabajador infatigable, siempre el primero en ocupar su puesto y el último para abandonarlo. Allan Kardec se desprendió del envoltorio carnal el 31 de marzo de 1869...". "En él, como en todas las almas fuertemente templadas, la lámina gastó la vaina...". (1)
Estaba ejemplarmente cumplida la misión del exponente máximo de la Tercera Revelación , abriendo camino al Espiritismo... "la gran voz del Consolador Prometido al mundo por la misericordia de Jesús". (5)
En lo referente al método, Kardec adopta el intuitivo-racionalista de Pestalozzi, como proceso didáctico sustentado por el fundador del Instituto de Yverdon, no obstante considerar el valor del análisis experimental. Bajo tales lineamientos cultiva el espíritu natural de la observación, pregonando el uso del raciocinio para descubrir la verdad. Desecha sin embargo, la actitud mecánica para que el aprendiz busque siempre el sentido y la finalidad de todo. Sustenta la necesidad de proceder de lo simple a lo complejo, de lo particular a lo general. Recomienda la utilización de una memoria racional, haciendo uso de la razón para retener las ideas, de manera de evitar el proceso de la repetición mecánica de las palabras. Busca despertar con el estudio la curiosidad del observador, con el propósito de estimular la atención y la percepción.(7)
El fondo contenido en la enseñanza básica es siempre intuitivo, al que Kardec considera "...como el fundamento general de nuestros conocimientos y el medio más adecuado para desarrollar las fuerzas del espíritu humano, de la manera más natural..." (7). Kardec entendía que "...todo buen método debía partir del conocimiento de los hechos adquiridos mediante la observación, la experiencia, la analogía, para extraer de allí, por inducción, los resultados y arribar a enunciados generales que pudieran servir como base de razonamiento, disponiendo de tales elementos con orden sin intervalos, armoniosamente..." (5).
Por el eficiente y racional método de su dialéctica, Kardec fue considerado por Camillo Flammarion como "el buen sentido encarnado" (4).
Concluyendo, la brillante misión del maestro de Lyon, ejercida con tanto estoicismo y devoción fortalece, desde ahora, nuestra certeza de su resonante victoria.